Lo Que Los Jubilados Necesitan Saber Sobre La Vacuna Para el Covid-19 Preguntas Frecuentes

La elegibilidad de la vacuna para los adultos mayores varía por estado. En algunos estados, como Nueva York, adultos de 65 y más están a la cabeza de la lista para recibir la vacuna, mientras que en otros estados, los adultos mayores son elegibles sólo cuando tienen 70, 75 o en algunos casos, 80 y más.

Sí, actualmente hay dos vacunas aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para prevenir el COVID-19: la vacuna Pfizer-BioNTech y la vacuna Moderna. Estas vacunas fueron aprobadas en el marco del proceso de Autorización de Uso de Emergencia (EUA) de la FDA, que permite el despliegue de medicamentos seguros y eficaces de forma acelerada durante una emergencia de salud pública como la actual pandemia de COVID- 19. Las vacunas aprobadas en el marco del proceso de la EUA se ensayaron en decenas de miles de participantes voluntarios en el estudio y son evaluadas por un grupo independiente de expertos de acuerdo con las rigurosas normas de la FDA en materia de seguridad y eficacia. Johnson & Johnson entregó una EUA a la FDA el 4 de febrero de 2021 para su vacuna de dosis única. Las autoridades revisarán los datos entregados, recopilarán un informe y lo entregarán a un comité asesor independiente. El comité se reunirá el 26 de febrero y hará su recomendación, lo cual significa que la FDA podría aprobar la vacuna de Johnson & Johnson para finales de febrero.

Según todos los indicios, las vacunas son seguras y eficaces. Las dos vacunas aprobadas tienen un 95% de efectividad para proteger a las personas de enfermedades graves si se infectan con el virus que causa el COVID-19.4 También se ha demostrado que las vacunas son seguras gracias a los altos estándares establecidos para las vacunas. Cerca de 73,000 personas participaron en los estudios clínicos de las dos vacunas. Un 21% y un 25% de los participantes en los estudios de las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna, respectivamente, tenían 65 años y más. No hubo muertes, y nadie informó de enfermedades graves después de la vacunación. La FDA revisó los datos de seguridad de dos meses al conceder la EUA, que es el período en el que normalmente saldrían a la luz los problemas relacionados con la seguridad de la vacuna.

Los ensayos clínicos y el proceso de autorización de las vacunas han sido guiados por la ciencia. La FDA no ha reducido sus estándares para aprobar estas vacunas. Los ensayos clínicos han mantenido los mismos estándares científicos que otras vacunas cuyo uso ha sido autorizado. Además de completar las tres fases de estudio, el Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados (VRBPAC) revisa todos los datos de los ensayos y emite una recomendación a la FDA para autorizar la vacuna para uso de emergencia. Después un comité asesor médico, el Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación (ACIP), le proporciona recomendaciones a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sobre cómo usar las vacunas autorizadas de forma segura. Durante décadas, los investigadores han estado trabajando con vacunas ARNm como las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna. Uno de los beneficios de las nuevas vacunas ARNm es que se pueden producir mas rápidamente. Finalmente, el gobierno federal ha financiado a los fabricantes de vacunas para producir las vacunas mientras se estudiaba su seguridad y efectividad.

Ambas vacunas actualmente aprobadas, las de Pfizer-BioNTech y Moderna, requieren dos dosis para ser altamente eficaces. La FDA no recomienda cambios en los protocolos de administración de vacunas al público, aunque sí apoya el estudio clínico de regímenes de dosificación alternativos. La vacuna de Johnson & Johnson, que se encuentra actualmente ante la FDA para Autorización de Uso de Emergencia, requiere una sola dosis.

Normalmente le toma al cuerpo unas cuantas semanas después de la vacunación para poderse proteger contra el virus que causa COVID-19. Con ambas vacunas, tanto la de Pfizer-BioNTech como la de Moderna, la protección máxima se recibe después de la segunda dosis requerida. Por ejemplo, la vacuna Moderna dio 94% de efectividad en ensayos clínicos dos semanas después de la segunda dosis.

Sí, las vacunas se probaron en diversas poblaciones y se comprobó que eran seguras y eficaces. Muchos afroamericanos se muestran justificadamente cautelosos con el sistema médico, debido al legado histórico de racismo en el cuidado de la salud, que incluye la realización de experimentos médicos no éticos en personas afroamericanas, el robo de sus propiedades biológicas con fines de lucro y la falta de atención a sus necesidades de salud. Sin embargo, es especialmente crítico que las personas afroamericanas, latinas y nativas americanas reciban la vacuna porque estos grupos corren un mayor riesgo de muerte y de enfermedad grave a causa del coronavirus.

No. A diferencia de las vacunas para otras enfermedades, ninguna de las vacunas contra el COVID contiene ningún virus vivo. Es imposible contraer COVID de la vacuna. En cambio, las vacunas instruyen a sus células para que produzcan las “proteínas de pico” del virus, ayudando a su sistema inmunológico a aprender a reconocer y combatir el virus que causa el COVID si usted está infectado.

Las personas que se han vacunado han informado de efectos secundarios leves y temporales, como dolor en el lugar de la inyección, fatiga y, algunas veces, fiebre, dolor de cabeza o dolor en los músculos y las articulaciones. Cuando se producen, estos efectos secundarios suelen desaparecer en un par de días. Los participantes informan que los efectos secundarios son más pronunciados después de la segunda inyección. Estos son efectos secundarios comunes a todas las vacunas e indican que el sistema inmunológico del cuerpo está desarrollando protecciones contra el virus.

En casos raros, personas con alergias graves han experimentado reacciones anafilácticas a la vacuna. Esos individuos fueron tratados y se recuperaron. Los protocolos de administración de vacunas exigen observar a los receptores después de la inyección y tratarlos si se produce una reacción alérgica. Las personas con alergias son monitoreadas por 30 minutos después de recibir la vacuna y todos los demás 15 minutos. Los expertos en salud recomiendan que las personas que informen sobre alergias no relacionadas con las vacunas se sometan a una prueba de alergia cutánea antes de recibir la vacuna, y las personas que tengan alergias graves a vacunas, medicamentos o alimentos no deben vacunarse en este momento. Pregunte a su médico si es apropiado que se vacune, dadas sus circunstancias de salud individuales.

Los investigadores no están seguros de cuánto tiempo las personas conservan la inmunidad natural después de recuperarse de la enfermedad. Por lo tanto, los expertos en salud recomiendan que las personas que ya hayan contraído el COVID-19 se vacunen, pero deben esperar 90 días después de su diagnóstico. Los estudios clínicos de vacunas con participantes que se han recuperado de COVID-19 muestran que la vacuna es segura en los que habían estado previamente infectados.

Aunque sabemos que las vacunas son altamente efectivas para prevenir COVID-19 entre los infectados con el virus, todavía no sabemos si las vacunas previenen el contagio del virus. Se necesitan más estudios para determinar la efectividad de las vacunas respecto a esto. Es por ello que necesitamos seguir tomando medidas de salud pública como el uso de mascarillas y mantener la distancia física cuando es posible hasta que una proporción suficientemente amplia del público haya recibido la vacuna y se pueda parar el contagio del virus.

Incluso después de ser vacunado podría crear un riesgo de salud para sus familiares y amigos que no hayan sido vacunados. Debido a esto, siga tomando precauciones de seguridad como el uso de mascarillas y el distanciamiento social. Los riesgos de una enfermedad seria causada por COVID- 19 son más altos entre la gente mayor que no ha sido vacunada.14

La distribución de la vacuna es un esfuerzo conjunto federal, estatal y local. A cada estado se le mandó un primer envío de la vacuna. Corresponde a los funcionarios de salud estatales y locales administrar esas vacunas al público. Si bien los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) recomiendan quién debe recibir la vacuna primero, depende de cada estado decidir las prioridades de distribución. Los CDC aconsejan que los estados ofrezcan las primeras vacunas disponibles al personal de cuidado de la salud y a los residentes de los centros de cuidados a largo plazo, seguidos de los trabajadores esenciales de primera línea, incluidos los trabajadores de primeros auxilios, los trabajadores de seguridad pública, incluidos los oficiales de correcciones, y los individuos mayores de 75 años.

Los expertos en salud pública aún no están seguros de en qué momento tenemos suficientes personas inmunizadas contra el COVID-19, también conocido como inmunidad colectiva, o “de rebaño”, para detener la transmisión generalizada del virus a través de la comunidad. La inmunidad colectiva es un término que se utiliza para describir cuando un número considerable de personas tienen suficiente protección para que sea improbable que un virus pueda propagarse y causar una enfermedad. Los investigadores están estudiando el virus para establecer un objetivo de inmunización. Hasta ese momento, es fundamental que continuemos con las medidas de salud pública, como usar máscaras y mantener el distanciamiento físico siempre que sea posible.

Los investigadores creen que las vacunas que se utilizan hoy en día siguen siendo eficaces en las mutaciones actuales del virus, incluida la variante británica que, según se informa, es hasta un 70% más transmisible. Los científicos siguen vigilando el virus para detectar cualquier cambio futuro que pueda perjudicar la eficacia de las vacunas. El alarmante aumento de la transmisibilidad en la variante británica subraya la urgencia de vacunar a tantas personas como sea posible, para poder detener su propagación antes de que más gente se enferme.