Wendy Smith es enfermera de salud comunitaria en el Departamento de Salud de la Ciudad de Baltimore. Todos los días, trabaja en el sistema escolar para proveerles servicios de salud a los estudiantes.
Pero durante la pandemia de COVID-19, ella y sus colegas tuvieron que responder a la emergencia.
“Todas las enfermeras de salud comunitaria pausamos nuestras labores en las escuelas y tuvimos que salir a la comunidad a poner vacunas y hacer pruebas de COVID”, dice Smith, quien es miembro del Concilio 3 de AFSCME en Maryland. “También les ofrecimos información a quienes tenían un resultado positivo de COVID y necesitaban un nivel mayor de atención médica”.
Smith eligió esta carrera porque quería ayudar a la gente y, al igual que muchos de sus colegas, se esforzó por cumplir esta misión a lo largo de la pandemia a pesar de los riesgos. Los días fueron largos, pero nunca se rindieron.
“Nos sentíamos tan abrumadas”, recuerda. “Hubo tantos días en que estaba en el trabajo y sentía que no podía respirar. Estaba tan cansada y sobrecargada. La necesidad era tan grande. Nunca podías decir que ya habías terminado tu trabajo. Siempre había alguien más a quien ayudar”.
A pesar de que las cosas ya han regresado a la normalidad (Smith está de vuelta apoyando las escuelas), su lugar de trabajo no se siente igual. Después de todos sus sacrificios, Smith dice que ella y sus colegas no se sienten valoradas ni reconocidas.
“La administración no entiende el problema”, dice. “Ellos siempre ponen sus ganancias por encima de la gente, incluso cuando eso significa poner en riesgo al público y a las enfermeras…. Sí, recibimos un alza salarial, pero en el largo plazo necesitamos más”.
Trabajadores públicos en todo el país se encuentran en una situación similar: Los muchos puestos en el sector público que fueron eliminados durante la pandemia ahora son vacantes que no se llenan. Esto significa que miembros de AFSCME en el frente están siendo forzados a hacer más con menos recursos, asumiendo cargas laborales más grandes y trabajando más horas mientras que no reciben nada o casi nada a cambio.
“Necesitas personal para implementar una iniciativa de salud pública”, dice Smith. “Con menos gente, nuestros trabajos son más difíciles. Es difícil atraer a gente e incluso más difícil lograr que se queden”.
Es por ello que AFSCME lanzó la iniciativa Staff the Front Lines para reclutar y conservar a trabajadores y ayudar a resolver la escasez de personal en el sector público. Miembros de AFSCME en todo el país se están movilizando para reclutar a candidatos cualificados y apasionados que llenen estas vacantes, y así apoyar al mismo tiempo a los trabajadores en el frente que siguen esforzándose todos los días por brindar los servicios esenciales que necesitan sus comunidades.
Smith afirma que, a pesar de los retos, se mantendrá en su puesto de trabajo porque cree en su misión de enfermera.
“A mí de verdad me importan mi comunidad y mis pacientes”, dice. “Yo entiendo que mi trabajo y el de mis colegas hace una diferencia. Muchas veces nosotros somos el único acceso que mucha gente tiene a la atención médica”.
También sabe, dice, que ser parte de una unión significa que existe un camino hacia las soluciones.
“En donde somos parte de una unión, tenemos una manera de llevar nuestros problemas a las personas que tienen el poder de resolverlos, y yo espero que estemos en una posición de lograr más”, dice.