El jueves pasado, al marcar el aniversario del comienzo oficial de la pandemia del coronavirus, el Presidente Biden firmó la ley del Plan de Rescate Estadounidense y ofreció palabras esperanzadoras a una nación agotada.
“Encontrar la luz en la oscuridad es una cosa muy estadounidense”, dijo. “De hecho, podría ser la cosa más estadounidense que hacemos, y eso es lo que hemos hecho. Hemos visto a trabajadores esenciales y en el frente poniendo en riesgo sus vidas, y a veces perdiéndolas, para salvar y ayudar a los demás. Investigadores y científicos a las carreras por encontrar una vacuna. Y tantos de ustedes, como escribió Hemingway, ‘siendo fuertes en todos los lugares rotos’”.
El presidente pronunció su discurso a la nación unas horas después de firmar la ley trascendental, la cual provee ayuda urgentemente necesaria a familias obreras en todo el país y financia el frente. Contiene casi $700 mil millones para apoyar los servicios públicos en todo el país, incluyendo $360 mil millones en ayuda flexible para estados, ciudades, localidades y escuelas.
Desde el principio de la pandemia, los miembros de AFSCME y trabajadores en el frente de todo el país han arriesgado sus vidas para mantener seguras a nuestras comunidades. Han trabajado sin a parar en lugares de trabajo carentes de personal y recursos para proveer los servicios públicos esenciales de los que todos dependemos.
Muchos de ellos han enfrentado despidos y descansos, y se han perdido 1,4 millones de empleos en el sector público desde febrero de 2020. A pesar de no siempre tener acceso a equipo de protección personal, persistieron para ganarle al virus y literalmente salvaron a nuestro país.
Como miembros sindicales, levantaron su voz colectiva para pedirles a sus empleadores que los mantuvieran seguros en sus lugares de trabajo. Levantaron su voz colectiva para oponerse a recortes de servicios públicos y apoyar una ayuda federal que revitalizara a sus comunidades y le diera nuevo aliento a la economía. Cuando el anterior Senado y la administración Trump fracasaron en su respuesta a la crisis, los miembros de AFSCME se organizaron para echarlos y elegir a líderes que apoyan a las familias obreras.
En breve, los miembros de AFSCME ayudaron a lograr esta ley de ayuda de $1,9 billones. Esa es la diferencia que hace una unión.
El Presidente de AFSCME Lee Saunders alabó la nueva ley, afirmando que se trata de “una victoria histórica para los servidores públicos y las familias obreras en todo el país”, y la llamó “una expresión valiente y exhaustiva de nuestros valores”.
Entre otras cosas, el Plan de Rescate Estadounidense les ofrecerá a las familias una ayuda económica a través de cheques de $1400 por persona, protegerá la cobertura de salud para quienes han perdido sus empleos e invertirá en los servicios públicos que necesitamos para finalmente ganarle a este virus y reconstruir mejor.
“Los trabajadores en el servicio público se merecen más que un agradecimiento, se merecen respeto”, Saunders dijo también. “Eso significa un lugar garantizado en la mesa de negociación y el reconocimiento de que su voz colectiva ayuda a lograr comunidades más seguras, más sanas y más fuertes. Es hora de que todo mundo los trate como los héroes que son”.