Hay personas que trabajan desde la casa y otras que deben reportarse a sus oficinas. Pero para unos cuantos más, sus lugares de trabajo son como sus segundos hogares.
Ese es el caso en la estación de bomberos del Aeropuerto Francis S. Gabreski, aeropuerto civil-militar ubicado en el Condado de Suffolk, Nueva York, en donde los bomberos con frecuencia trabajan en turnos de 24 horas. Se trata de una mezcla de personal civil y militar y los unos se tratan a los otros como familia.
Quienes trabajan en una estación de bomberos comparten un vínculo especial dado el tiempo que pasan juntos y las experiencias que comparten, dice Zachery Sodon, bombero en Gabreski. Pero él se siente especialmente privilegiado de trabajar al lado de un colega que dice vas más allá del llamado del deber para beneficiar a su comunidad y ha sido como un hermano mayor para él durante los últimos cinco años.
“Oscar Cerda de verdad es único”, dice Sodon, quien nominó a Cerda para el Premio Never Quit al Servicio, otorgado por AFSCME. “La cantidad de servicio y atención al detalle y actos de generosidad que demuestra cada día a todos quienes lo rodeamos es sinigual”.
Sodon, quien está empezando su carrera, dice que se ha apoyado en la experiencia de Cerda para aprender cosas nuevas que lo han hecho un mejor bombero.
“Oscar me ha tutorado y me ha enseñado mucho”, dice. “Logró llevar mi nivel de conocimiento y expandirlo a otro nivel totalmente diferente”.
Parte de ser un buen bombero, dice Sodon, es cuidar y ayudar a quienes te rodean.
“Oscar pone el ejemplo que la mayoría de nosotros deberíamos esforzarnos por seguir y del que deberíamos aprender”, dice.
Por su servicio a su comunidad, Cerda, miembro de Civil Service Employees Association/AFSCME Local 1000, es ganador del premio Never Quit Service Award, otorgado por nuestra unión para reconocer a trabajadores públicos que van más allá del llamado del deber para mejorar sus comunidades.
Cerda no sólo se esfuerza por sus colegas. Cuando no está en la estación de Gabreski, trabaja como bombero voluntario con el departamento local.
“Creo que mucho de esto tiene que ver con los valores que me enseñaron mis padres”, dice Cerda, cuando se le pregunta qué está detrás de su ética laboral. “Ellos crecieron en familias agricultoras, de manera que todos siempre trabajaban. Todos tenían que hacer un esfuerzo por ayudar a la familia. Mis padres me enseñaron a trabajar duro y buscar el éxito, pero también a estar presente para ayudar. Seguramente esa fue mi mayor influencia al crecer”.
Los padres de Cerda son de Chile, el país en que nació Cerda. Inmigraron cuando él tenía 5 años y vivieron en Nueva York y Carolina del Sur. Cerda recuerda que aprendió inglés viendo la televisión antes de poder ir a la escuela.
Se volvió bombero voluntario a los 17 años antes de ingresar en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en donde realizó más de cinco años de servicio activo. Recientemente hizo sus primeras vacaciones en dos años y medio: un fin de semana largo a Florida.
“Como bomberos, conocemos a gente cuando están teniendo el peor día de sus vidas”, dice Cerda. “Y por lo tanto hacemos todo lo que podemos para ayudar lo más que podemos, para ofrecer alivio y seguridad, para dar ayuda cuando la necesitan”.
Es un trabajo difícil, especialmente al enfrentar incidentes traumáticos y experimentar la muerte de cerca.
Pero Cerda se siente orgulloso de servir su comunidad y estar presente para sus colegas, a quienes llama “una segunda familia”.
“Me gusta ayudar a la gente”, dice. “No es una cosa monetaria. Los bomberos nunca somos millonarios. Pero es la satisfacción de poder auxiliar a alguien y ayudarle a superar el momento más difícil de su vida. A veces lo puedes ver en sus rostros, la gratitud que sienten por ti”.
¿Conoce a alguien que va más allá del llamado del deber para mejorar su comunidad? Nomínelo(a) para el Premio Never Quit al Servicio que otorga nuestra unión.