El Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo – 28 de abril – llega en un momento de gran urgencia en que el frente de la guerra contra el COVID-19 corre por los lugares de trabajo de nuestro país.
Desde que empezó la pandemia del coronavirus hace poco más de un año, miles de trabajadores de salud, así como miles más trabajadores esenciales y en el frente, han muerto al servir y proteger a sus comunidades. Muchos más de estos héroes cotidianos se han enfermado de COVID-19 después de contraer el virus en sus lugares de trabajo.
Entre los miembros de AFSCME, trabajadores en el frente, desde oficiales correccionales y enfermeras hasta proveedoras de cuidado infantil y trabajadores de la sanidad, han elegido nunca rendirse por sus comunidades a pesar de los riesgos que corren para su salud y la de sus seres queridos.
Al menos 179 miembros de AFSCME han muerto de COVID-19. Muchos más han caído enfermos.
Hoy, honramos y lamentamos las vidas de todos los trabajadores que han muerto o resultados ilesos en sus trabajos. Celebramos su servicio y les agradecemos sus sacrificios. Pero debemos hacer más. Debemos reanudar nuestro compromiso con la lucha por lugares de trabajo más seguros y sanos.
“En este día de conmemoración, al mismo tiempo que lloramos a quienes hemos perdido por el coronavirus y otros peligros en el trabajo, debemos renovar nuestro compromiso con la lucha por la seguridad laboral”, afirmó el Presidente de AFSCME Lee Saunders en comunicado de prensa. “Cuando los trabajadores tienen una voz en sus lugares de empleo, ellos usan ese poder para negociar niveles de personal seguros, mejores capacitaciones y otras protecciones que los mantienen seguros a ellos y a sus comunidades”.